No es un signo de muchas palabras y por lo tanto la comunicación verbal no es su arma de seducción preferida. Sin embargo, cuando debe hablar utiliza la frase justa y con su voz suave alcanza el corazón de la persona amada con la exactitud de una flecha. Es muy sentimental y por eso un aura ligeramente poética rodea tanto su mirada como sus acciones y su expresión. Frecuentemente recuerda su infancia y habla de ella con nostalgia, lo cual para algunas personas resulta tiernamente atractivo pero para otras, más independientes de su propio pasado, simboliza una oculta inmadurez. Su amor se traduce verbalmente en ternura mientras que sus enojos son procesos tensos y silenciosos, en los que castiga a su pareja con el silencio.
No es de los que se arriesgan para modificar los hechos ya que es bastante pasivo y perezoso, pero cuando se trata de intervenir para mejorar la vida familiar es capaz de hacer esfuerzos que en otros ámbitos le resultaría excesivos. De todos modos, su falta de habilidad para arreglar enchufes, colgar cuadros, coser botones o resolver cuestiones similares de la vida cotidiana puede traerle problemas importantes en la convivencia, a menos que su pareja disfrute brindándole su incondicional protección. En compensación, puede crear un clima hogareño sumamente armónico y confortable, en el que habitualmente el arte culinario ocupa el primer puesto, ya que se distingue por demostrar su afecto alimentando a los demás.