Por muchas críticas que los videntes hayan recibido, y más allá de todo el escepticismo del que fueron víctimas durante siglos, lo cierto es que su función en el mundo es absolutamente noble y legítima. Ellos cuentan con una capacidad de percepción sobre desarrollada, entrenada y capacitada para encontrarse al servicio del bienestar de la gente.
Desde tiempos muy remotos su labor es fundamental. Recordemos, por ejemplo, la importancia que tenían los oráculos para los griegos de la antigüedad. Ellos no eran más que personas con el don de la videncia, que lo ponían en práctica para alertar sobre los peligros o compartir todo aquello que podían percibir acerca del porvenir.
¿Cuál es la función de los videntes?
Es importante notar que, en realidad, se estima que todas las personas tenemos la posibilidad de explotar, en mayor o menor medida, nuestro don para la videncia. Pero lo cierto es que algunas personas, desde su nacimiento, cuentan con este “sexto sentido” muy desarrollado, y a ellos se los llama videntes naturales.
Más allá de cómo haya entrenado a sus capacidades, todo vidente se encuentra, en general, cumpliendo algunas misiones que son fundamentales para la humanidad. Primeramente, es muy común que los videntes ayuden a las personas a resolver situaciones de crisis, pues los ayudan viendo más allá de lo aparente. Por otro lado, es frecuente escuchar de videntes que se encuentran trabajando junto con muchos servicios de investigación.
Lo cierto es que, sea cual sea su desempeño, ese don que llevan puede ocasionar mucho bien, si simplemente se deposita en los videntes algo de confianza.