El budísmo es una religión, que por sobre todas las cosas, busca llegar a la sabiduría y conciencia plena, y para llegar a esto, utiliza ciertas prácticas meditativas, entre las cuales se encuentra el Zen.
El Zen es una práctica de meditación de la escuela budísta, que se inició en China, para después extenderse a otros países, como lo son Corea y Japón. Se trata de una técnica, que involucra ciertos aspectos y secretos, para llegar a la sabiduría superior.
Para realizar de manera correcta esta práctica, es necesario tener en cuenta algunos puntos básicos, que te mostraremos a continuación.
- LA POSTURA: La persona que va a llevar acabo la práctica del Zen, debe sentarse de manera derecha, con la nuca estirada, en un almohadón redondo denominado zafu. Es necesario también, cruzar las piernas en posición de loto. Es muy importante, que las rodillas toquen el piso a la hora de establecer esta postura. En lo posible, la naríz deberá quedar en la misma línea que el ombligo. La idea de esta postura, es que las rodillas empujen la tierra, y la cabeza, el cielo.
- LA RESPIRACIÓN: La respiración zen, parte de una postura correcta. Los ciclos de respiración deberán de ser suaves, lentos, naturales y profundos. Es muy importante, expulsar el aire por la nariz, de manera lenta y silenciosa.
- EL ESPÍRITU: Cuando comenzamos la meditación zen, es importante dejar que todo lo que pasa por nuestra mente, fluya de manera natural. Imágenes, pensamientos, situaciones, personas…todo debe de fluir, y no debemos atarnos ni centrarnos en nada en particular. Cuando logremos llegar al punto en que todo en nuestra mente fluya, aunque sean las mismas cosas, una y otra vez, comenzaremos a entrar en un estado de inconsciente, sumamente productivo y armónico. Esto se logra mediante una buena postura y una concentración perfecta en la respiración.
Para llevar a cabo una correcta y efectiva meditación Zen, es necesario respetar las tres condiciones que te hemos mostrado en este artículo: POSTURA, RESPIRACIÓN Y ESPÍRITU. Al principio, esta práctica puede ser un tanto compleja y difícil de sobrellevar, pero te aseguramos que si conservas la calma y la paciencia, lograrás ver los resultados de la meditación, en solo un par de semanas. No pretendas que al primer día de realizar la meditación, puedas lograr una concentración perfecta; es necesario que recuerdes que la meditación es una práctica que va perfeccionándose con la constancia. Si dedicas un rato de cada día (preferentemente antes de que salga el sol), a meditar, te aseguraremos que verás como día a día, irás logrando alcanzar una concentración más profunda en la práctica.
El fin de la meditación Zen, es lograr calmar nuestra mente y nuestras emociones, haciendo así, que nuestra vida se vea colmada de paz, felicidad y armonía.